Ya hemos visto qué son los NFTs y para qué sirven. Ahora bien, es muy usual que distintos creadores, artistas o proyectos creen colecciones NFT, las cuales, en muchas ocasiones, también pueden significar al acceso a determinadas utilidades, por lo cual permiten reunir a un grupo de individuos que tienen algún interés en común.
Puede haber colecciones vinculadas a la música, al arte plástico… También, colecciones vinculadas a empresas, startups o proyectos.
Todas las colecciones NFT están respaldadas por una tecnología de contabilidad distribuida que permite aseverar que son reales, puesto que se puede cotejar quién la creó, en qué momento, etcétera.
Dentro de una colección NFT, cada ítem tiene una singularidad que lo hace único (si fuera una colección con ítems idénticos, no serían estrictamente NFTs, sino tókenes semi fungibles ERC-1155).
Según la singularidad que cada NFT posea respecto a los otros ítems de la colección, puede que existan distintos niveles de rarezas. Por lo general, los NFTs más raros tendrán un valor mayor porque será más difícil tener una pieza con sus singulares características.