Como su nombre lo indica, una Organización Autónoma Descentralizada (DAO, por sus siglas en inglés) tiene la capacidad de funcionar de forma autónoma y desprovista de una autoridad central.
Las DAO basan su existencia en las tecnologías de contabilidad distribuida; por ejemplo, la blockchain. A partir de ello, los procesos dentro de la organización están definidos de forma descentralizada por smart contracts.
En muchos casos, a través de la posesión de un NFT o un token, los usuarios o participantes de un determinado proyecto pueden formar parte de la DAO, por lo cual pueden participar de la toma de decisiones y votar en torno a determinadas propuestas.
De esta forma, se alinean los intereses de la organización y de sus miembros sin la necesidad de una estructura jerárquica.
En la actualidad, existe una gran cantidad de proyectos que poseen una DAO, la cual no pertenece a una jurisdicción en específico. Su naturaleza descentralizada y su funcionamiento autónomo hacen posible que exista más allá de las fronteras.